jueves, 17 de febrero de 2011

¿En dónde se paraba Juan Mosca?

Por lo regular las moscas eligen los sitios menos higiénicos para pararse, los menos agradables, los más incómodos, donde hay tanto desorden que difícilmente se puede encontrar algo claro, algo útil o donde se encuentra ya todo en estado de descomposición.

Juan Mosca, es decir Fernando Garavito Pardo o El señor de las moscas se paraba en la política, o mejor, en la politiquería de Colombia, en las nubes de la corrupción, en los excesos de injusticia que el poder ejecuta constantemente, en la violencia que corre por las venas de un PAÍS QUE DUELE, dolor que Garavito plasmó en su publicación del año 1996.

El doctor Rafael Diaz Arias, de la Universidad Complutense de Madrid, afirma: “Desde hace dos siglos, el periodismo ha formalizado los acontecimientos en  noticias. Los medios masivos, primero la prensa, y luego los audiovisuales, radio y sobre todo televisión, trasmutaron la noticia en  acontecimiento mediático”. Garavito no tenía pelos en la lengua para afirmar que la institución más corrupta del país era la presidencia de la república o que el peor presidente del país ha sido Álvaro Uribe y, sin lugar a dudas, su arraigo por la verdad en los diferentes temas que trataba en sus columnas lo llevaron al peor castigo que puede sufrir un nacional junto con el secuestro, el exilio.

El periodismo colombiano cuenta con varias moscas que se hacen escuchar, que escudriñan en las entrañas de los hechos para purificar la verdad; pero, de igual manera, se ven perseguidas por exterminadores, por hombres que periódico en mano quieren aplastarlas contra la pared o que se dedican a chuzarlas… es decir, las clavan con alfileres como coleccionistas de insectos.

Estamos acostumbrados a vivir los acontecimientos en la arena nacional; sin embargo, hoy por hoy, como lo plantea el doctor Diaz Arias: “en el ciberespacio los acontecimientos encuentran una nueva dimensión y se convierten en ciberacontecimientos”. Ya los periodistas no deciden que es noticia y al cumplirse una serie de factores entramos en una nueva esfera de la realidad que corresponde a los ciberacontecimientos, que según su impacto pueden saltar rápidamente al espacio mediático.

Las redes sociales y el que personajes públicos manejen páginas oficiales y cuentas autenticadas de 140 caracteres hacen que el periodista retome lo que allí sucede y bajo el rigor profesional lo ofrezca nuevamente desde los medios dominantes. No se puede pensar en  aislar los dos escenarios pero, hoy en día, las tecnologías de la información nos obliga a contar con mecanismos óptimos de obtención, manejo, trasmisión y distribución de la información.

Características a las cuales también están avocados los programas académicos de formación en periodismo, en los cuáles se deben ver reflejadas competencias claras en dichos aspectos y, asimismo, teniendo en cuenta la responsabilidad que tiene el periodista en formación de hacer un proceso autodidacta que le permita construir un contexto generoso desde el cual pueda cumplir con sus actividades investigativas, informativas y de denuncia. Es imperante que recordemos permanentemente estos maestros del periodismo que en cada uno de sus escritos, sus conversatorios, entrevistas y lecciones de salón han dejado plasmado un capítulo de la escuela de los profesionales de la información en Colombia. El miedo, la mediocridad, el facilismo y la levedad no nos pueden convertir en cómplices de esos señores de las sombras que abundan por ahí.


(Charla dada en la Conmemoración del Día del Periodista 9 de febrero del año 2011, organizada por el CPB, La Universidad Central y AFACOM - Hotel Sheraton, Bogotá)

martes, 12 de octubre de 2010

¿Qué pasó con Pacho?

He recibido muchos mensajes preguntándome por las apreciaciones hacia el trabajo realizado por Francisco Santos en RCN, mil gracias a todos por dejarme ver su interés por las entradas de este blog. Debo ser sincero, logre con dificultad escucharlo durante una semana seguida y no más, así que mi juicio de valor no estaría bien sustentado. Pero recibí un artículo que comparto con ustedes y el cual cobija plenamente mi forma de ver al señor Santos.

Otro motivo de mi silencio al respecto es que él dijo, en sus primeros días: “que hablen bien o que hablen mal pero que hablen”, la verdad creo que es en lo único que ha tenido razón y de esto no vale la pena ni hablar. Ahora, hay que ser realistas y siguiendo los acertados análisis de Miriam Rojas Uribe, él puede aprender y en 10 años podemos estar diciendo “Pachito no dejes la radio”; bueno, eso último no me lo creí. Mejor leamos el artículo de Miriam Rojas titulado ¡Santos!: ¿y el periodismo qué? En la Revista Cierto: http://www.revistacierto.com/Santos%20y%20el%20periodismo%20qu%C3%A9.htm


Acá http://www.lasillavacia.com/elblogueo/ccortes/20048/clases-de-periodismo-con-francisco-santos otro análisis muy descriptivo de esta nefasta dirección de Francisco Santos en RCN, el autor de este es Carlos Cortés Castillo en la Silla Vacia.

martes, 31 de agosto de 2010

Un saludo de apoyo a nuestros colegas de RCN la radio

No es fácil pensar en que pasamos de Juan Gossaín a Francisco Santos, el asunto como que no cabe en la cabeza y menos al conocer el equipo con que cuenta esta gran cadena radial. La Radio Cadena Nacional de Colombia se alista para iniciar su programa estrella; es decir, el antiguo Radio Sucesos, bajo la dirección del ex vicepresidente de nuestro país en la era Uribe.

El Dr. Francisco Santos es un hombre jovial, alegre, dicharachero, como dicen las señoras, pero aquellos que ‘padecieron’ su jefatura de redacción en El Tiempo son testigos vivos y andantes de la disparidad de criterios periodísticos, entiéndase: la falta de criterio periodístico para conducir un medio de comunicación, opiniones que son contadas sin mayor reparo al indagar por su gestión en dicho cargo.

La caricatura que escuchábamos de él en la Luciernaga de CARACOL es el imaginario más cercano que se tiene del nuevo director de RCN Noticias de la mañana, claro que existen otras opiniones como las dadas por el periodista Germán Manga Henao, en la revista Diners, donde encabeza: “el vicepresidente Francisco Santos es el personaje político del año”. (http://www.revistadiners.com.co/noticia.php3?nt=25017)

Por el gusto se venden las telas, reza la sabiduría popular, y entre gustos no hay disgustos; pero al ver los nombres de Yolanda Ruiz, Yanelda Jaimes, Claudia Morales, Esperanza Rico, Martha Camargo y María Elvira Samper (hermoso y brillante matriarcado), más Antonio José Caballero, Indalecio Castellanos, Rodrigo Pardo y, el ya retirado de esa casa radial, Juan Manuel Ruiz; entonces, surge la pregunta: ¿el director o directora no estaba en la casa?

La esperanza es lo último que se pierde. Debo confesar que he estado reteniendo esta entrada del blog, por algunos días, esperando una noticia de última hora donde se nos informe que se ha ido al traste la negociación con Santos, pero hasta el momento sólo se sabe que hay unos días más sin el doctor Francisco. Su debut, al mejor estilo cinematográfico, ya no se dará mañana (primero de septiembre) ahora será la semana siguiente. La verdad no hay problema si se sigue alargando.

Es paradójico ver cómo Luis Fernando Santos renuncia a la presidencia de la Casa Editorial el Tiempo para no comprometer a la empresa periodística en su rol informativo al ser el nuevo presidente Juan Manuel Santos, mientras que Francisco Santos acepta la dirección de noticias de una cadena radial que viene en alza, que con las nuevas contrataciones y la renovación de su parrilla ha venido cautivando y recuperando audiencia frente a su principal competidor CARACOL.

Si se debe asumir la ‘hecatombe’ (Diccionario Uribe no RAE) tocará pensar en que no dure mucho tiempo y que su verdadera intención sea la de utilizar el medio masivo de comunicación como plataforma política para lo que puede ser su futura vida pública, como por ejemplo su posible candidatura a la alcaldía de Bogotá, como en su momento lo hizo, infructuosamente, Sergio Fajardo con su fugaz paso por 6:00 am Hoy por Hoy. Por ahora, sólo resta expresar un saludo de apoyo y admiración por ese gran equipo periodístico de RCN que afrontará, podríamos decir, un nuevo reto.

(Publicado en el periódico GOLPE DE OPINIÓN No. 161 septiembre de 2010)

miércoles, 30 de junio de 2010

“Que Dios se los pague”: Juan Gossaín

El periodismo se encarga de buscar e informar la noticia, el periodista procura ser testigo de cada hecho que sea digno de ser contado a la opinión pública. Pero, en pocas oportunidades la noticia es el periodismo o el periodista.

Hoy (miércoles 30 de junio) el hecho a informar es en torno al periodismo y con respecto a uno de los más grandes periodistas de Colombia, Juán Antonio Gossaín Abdala. En su habitual editorial en Radio Sucesos de RCN dio a conocer que se retira de la dirección de éste noticiero para dedicarse a otras pasiones: La escritura, malcriar a sus nietos, deleitarse con el mar y la academia en torno al periodismo.

Hace ya unos años, no tantos, mi profesor de taller de crónica, Enrique Alvarado, nos contó que al pasar Juan Gossaín a la radio colombiana, el periodismo de nuestro país había perdido uno de los mejores cronistas que tenía, poco a poco, lo fui comprobando al acercarme a sus escritos, los cuáles fue imposible dejar luego de conocer tan afinada pluma.

Hoy, el maestro vuelve a su escenario natural, se retira de la dirección de noticias de RCN, pero no se retira del periodismo y mucho menos para convertirse en un “viejo haragán” como el mismo lo expresó. Pasa hacer uso de su buen retiro para volver, con más dedicación, a su otra pasión, la escritura y, de paso, para dejar perder su vista en el horizonte sin fin del mar de Cartagena, lo cual, seguramente, será fuente de inspiración para muchas líneas que con ansia esperamos desde ya.

Don Juan Gossaín posee un don especial, más allá de sus virtudes de ser gran conversador, de ser un espadachín del lenguaje que defiende su pureza gramática en mano y ortografía en pecho y de contar con una inmensa cultura general, tiene ese don de humanizar la noticia, de contar las historias de manera sensible y apta para todo público, el de utilizar siempre un lenguaje incluyente para que todos pudiesen entender lo que pasaba en el acontecer nacional, regional y mundial.

Se retira en la cima de su carrera y productividad, da un paso al costado siendo grande y reconocido, siendo querido y admirado, ahora dirige su mirada desde arriba para dar luz a quienes lo seguimos y hemos admirado siempre, desde ese alto lugar que consiguió con pasión, dedicación, esfuerzo; pero sobretodo, con bondad, cariño, amabilidad, amor y respeto por los demás.

“A quienes hacen alabanza permanente de los ejercicios físicos, habría que recordarles que el Sol ni siquiera se mueve, y produce la mayor energía del universo”, así lo escribe don Juan en su libro “Etcétera” y estoy seguro que asimismo no necesitamos que él siga siendo un periodista mediático para que su gran energía le siga aportando al periodismo colombiano, porque un apostolado como el que él ha llevado es imposible de abandonar de la noche a la mañana.

Don Juan que Dios lo bendiga, mil gracias y que su sabiduría pueda ser llevada a todos nosotros desde otros escenarios.

lunes, 31 de mayo de 2010

Hay que terminar con las encuestas preelectorales

Para iniciar debemos aclarar que partimos del supuesto de una total transparencia de las elecciones vividas en la primera vuelta para la presidencia de Colombia el pasado 30 de mayo, tanto en el territorio nacional como en el extranjero.

El panorama: Juan Manuel Santos superó por más del doble de votos a su más cercano rival Antanas Mockus, más allá de partidos e ideologías políticas, lo que vamos a analizar es el pésimo desempeño de las encuestas preelectorales.

¿Por qué pésimo desempeño?, simplemente, porque durante el tiempo que se les permitió a las diferentes firmas encuestadoras desarrollar su tarea estás dieron, en las últimas mediciones hechas, un permanente empate técnico entre los dos candidatos en cuestión.

La realidad fue que el candidato del partido de la U acabó en la primera vuelta con el que parecía ser el más fuerte de sus oponentes y a ese errorcito de más o menos dos millones de votos sumémosle la inevitable derrota que sufriría Germán Vargas Lleras, según los encuestadores, que al final de cuentas resultó tercero en la contienda.

Mejor dicho, sólo acertaron que habría segunda vuelta y pues si daban un empate técnico era de suponerse, aunque realmente se estuvo muy cerca a que se definiera todo en la primera, sólo faltó un 4,5 por ciento.

Lástima la platica que los medios de comunicación invirtieron para orientarse frente a la intención de voto de los electores; porque, muy seguramente, con una lectura de cigarrillo, de tarot o con la lectura del huevo crudo en un vaso de agua se hubiese podido obtener resultados más certeros, claro está, que estos últimos, hoy, tienen más credibilidad que las firmas encuestadoras.

Ahora ese dinerito no se perdió del todo porqué la incauta audiencia si estaba muy pendiente de las nuevas cifras que no resultaron ser más que simples mentiras como lo demostraron los resultados de las urnas.

Eso sí, los encuestadores han pedido que les permitan hacer encuestas hasta el último día de elecciones, porque, según ellos, eso afectó mucho los resultados, puesto que en los debates el candidato Mockus perdió sus electores y Santos se afianzó. Realmente, eso es una excusa de colegio, el fueque que fueque.

Pero, las encuestas si afectaron a la opinión pública porque muchos sufragantes votaron por ellas bajo la denominación del voto útil, “es que a mí me convence éste pero no va a salir mejor voto por este para no perder el voto” así incidieron las encuestas en lo que debería ser una libre elección.

Así que antes de pedir que se puedan hacer sondeos hasta el último día, lo que se debe reglamentar es que no exista ningún tipo de encuesta preelectoral, más si muchos debates (cabe aclarar buenos debates) para que la opinión pública reciba información útil y que la gente decida sin ser influenciada por cifras que son una total mentira. Ahí si ganó la candidata conservadora Nohemí Sanín al decir que ella no creía en encuestas.

Ah… y para los políticos o el sector político que quiera conocer la intención de voto de la gente, o lo que piensa la opinión pública, o lo que necesita el pueblo, que mejor que hablar con las personas, escuchar a los habitantes del país y dialogar con los nacionales que están en el extranjero; muy seguramente, los datos serán más confiables y si son los medios los que necesitan de esta información que mejor oportunidad para volver al periodismo de la calle y de terreno.

lunes, 19 de abril de 2010

Debate político por televisión, poco tiempo y mucho lavadero

¿Orientar o desorientar?, orientar a la opinión pública es prominente en el accionar de los medios de comunicación y más en sus formatos informativos. Pero, ¿hasta qué punto, el poco tiempo con el cual se cuenta en televisión permite que las audiencias se formen un verdadero concepto en torno a los candidatos?

Estas jornadas aisladas de fin de semana se convierten en un proceso desorientador guiado por preguntas caprichosas donde, muchas veces, queda en tela de juicio qué es lo que realmente se quiere con ellas, como el preguntarle a una candidata que haría si le secuestran la hija… ¿qué se quiere medir, la capacidad de improvisación, la claridad de pensamiento o realmente se quiere conocer qué es lo que propone cada candidato para el país?

Al parecer, lo que menos importa es esto último, qué propone cada candidato para el país, lo peor de todo es cuando tenemos que aguantar a dos candidatos, Santos y Sanín, discutiendo, de ventana a ventana, al mejor estilo de dos vecinas chismosas sacándose los trapitos al sol, pero bueno, esto da rating.

Pareciera que en este país no hubiese temas de gran trascendencia para ser informados y analizados. Pues, a la mañana siguiente, al mejor estilo de los culebrones de nuestra televisión, la radio continúa con el ridículo que hacen los candidatos en sus salidas públicas por la pantalla chica. Confrontaciones al aire, que más parecen chismes de cocina, en temas que no aportan nada a la sociedad.

Lo peor de todo es que luego de escuchar una conversación de más de 15 minutos entre el director del SENA y la candidata conservadora y luego de darle un preámbulo de estreno cinematográfico desde las seis de la mañana a las seis y media, el director de noticias de CARACOL Radio, Dario Arizmendi, tiene la desfachatez de decir, interpretando sus palabras, que estos temas no son tan importantes para el país como para discutir tanto en torno a ellos. Definitivamente, el debate fue una buena fuente para facilitar los consejos de redacción para el día lunes.

Mucho mejor es lo que vimos por parte del periodista Antonio Morales Riveira cuando entrevistó a los candidatos por el partido verde antes de su consulta interna. El escenario EL RADAR, con una duración entre siete y nueve minutos, este periodista habló con ‘Lucho’ Garzón, Antanas Mockus y Enrique Peñalosa, dejando ver sus propuestas, forma de trabajo y hasta aspectos personales, todo de una forma más acertada y menos sensacionalista.

Una máxima dice “Cada pueblo tiene los gobernantes que se merece”; pero, ¿merecemos lo que nos hacen los medios?, lo peor de todo es que ellos responde a lo que la audiencia le pide. Entonces, nos estamos jugando el futuro de nuestra nación, es hora de dejar de pedir más escándalos y discusiones de lavadero por procesos informativos, formativos y de entretenimiento por parte de los medios de comunicación.

Teniendo en cuenta las limitantes de tiempo y espacio de los medios masivos de comunicación (Prensa, Radio y Televisión), el espacio propicio para los debates políticos y dónde se puede generar una verdadera atmósfera de discusión y de democracia es internet.

Ah… y una notica al margen, Si Antanas sigue con la misma suerte con las balotas, fácilmente, se puede comprar el baloto. Ah caprichosa suerte... o será qué… no, no, no, imposible y menos en Colombia.

lunes, 8 de febrero de 2010

Pensando en periodismo en el día del periodista

En Colombia, por tradición, los 9 de febrero se celebra el día del periodista en conmemoración al inicio de la circulación de El Papel Periódico de la ciudad de Santafé de Bogotá, medio de comunicación impreso que se constituyó como el primer semanario en Colombia. Este periódico vio la luz pública un día miércoles de 1791 y el cual fue fundado y redactado por el cubano Manuel del Socorro Rodríguez, considerado el padre del periodismo de nuestro país.

Es necesario aclarar que la Ley 918 del año 2004 “Por la cual se adoptan normas legales, con meros propósitos declarativos, para la protección laboral y social de la actividad periodística y de comunicación a fin de garantizar su libertad e independencia profesional”, estipula en su artículo 6: “declárese el día cuatro (4) de agosto de todos los años como el Día del Periodista y Comunicador en conmemoración de la primera publicación de la Declaración de los Derechos del Hombre, realizada el 4 de agosto de 1794 por Antonio Nariño Precursor de la Independencia.

Es decir que tenemos dos fechas para ponernos a pensar en el ejercicio de la profesión, por lo menos en estas dos fechas. Así como Navidad y Año Nuevo se convierten en la excusa perfecta para los buenos propósitos, la reflexión y el trazar nuevos caminos, estás conmemoraciones deberían ir más allá de premios y reconocimientos para convertirse en un momento de análisis generador de trasformaciones.

Es por eso que cuando vemos el castigo a la Revista CAMBIO, o bueno el replanteamiento de CAMBIO, el conflicto de intereses por vínculos políticos y esa espesa humareda en torno al tercer canal es bueno recordar las enseñanzas que nos dejó un grande del periodismo y de la literatura: Tomás Eloy Martínez.

Usted leerá 12 puntos que ofreció Tomas Eloy Martínez en la conferencia, pronunciada en Bogotá el 28 de junio de 2005, organizada por la CAF (Corporación Andina de Fomento) y la FNPI (Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano).

“I) El único patrimonio del periodista es su buen nombre. Cada vez que se firma un texto insuficiente o infiel a la propia conciencia, se pierde parte de ese patrimonio, o todo.

II) Hay que defender ante los editores el tiempo que cada quien necesita para escribir un buen texto.

III) Hay que defender el espacio que necesita un buen texto contra la dictadura de los diagramadores y contra las fotografías que cumplen sólo una función decorativa.

IV) Una foto que sirva sólo como ilustración y no añada nada al texto no pertenece al periodismo. A veces, sin embargo, una foto puede ser más elocuente que miles de palabras.

V) Hay que trabajar en equipo. Una redacción es un laboratorio en el que todos deben compartir sus hallazgos y sus fracasos, y en el que todos deben sentir que lo que le sucede a uno les sucede a todos.

VI) No hay que escribir una sola palabra de la que no se esté seguro, ni dar una sola información de la que no se tenga plena certeza.

VII) Hay que trabajar con los archivos siempre a mano, verificar cada dato y establecer con claridad el sentido de cada palabra que se escribe. No siempre, sin embargo, los diccionarios son confiables. Dos de los mejores que conozco, el de María Moliner y el de la Real Academia Española, sólo corrigieron en 1990 la vieja definición de la palabra día. Hasta entonces, seguían dándola como si aún viviéramos bajo el imperio de la Inquisición. Día, se podía leer, es el espacio de tiempo que tarda el sol en dar una vuelta completa alrededor de la Tierra.

VIII) Evitar el riesgo de servir como vehículo de los intereses de grupos públicos o privados. Un periodista que publica todos los boletines de prensa que le dan, sin verificarlos, debería cambiar de profesión y dedicarse a ser mensajero.

IX) Las clases política y empresaria y, en general, los sectores con poder dentro de la sociedad, tratan de impregnar los medios con noticias propias, a veces añadiendo énfasis a la realidad. El periodista no debe dejarse atrapar por las agendas de los demás. Debe colaborar para que el medio cree su propia agenda.

X) Hay que usar siempre un lenguaje claro, conciso y transparente. Por lo general, lo que se dice en diez palabras siempre se puede decir en nueve, o en siete.

XI) Encontrar el eje y la cabeza de una noticia no es tarea fácil. Tampoco lo es narrar una noticia. Nunca hay que ponerse a narrar si no se está seguro de que se puede hacer con claridad, eficacia, y pensando en el interés del lector más que en el lucimiento propio.

XII) Recordar siempre que el periodismo es, ante todo, un acto de servicio. El periodismo es ponerse en el lugar del otro, comprender lo otro. Y, a veces, ser otro”.

Un feliz día del periodista para todos y todas mis colegas.

martes, 26 de enero de 2010

Sinceridad política de los medios

Hace unos días apoye una publicación hecha por Alberto Salcedo Ramos, uno de los mejores cronistas de Colombia, en su muro de facebook que decía: “Lo siento, señores políticos que por estos días me envían solicitudes de amistad aquí en facebook: ustedes y yo no somos amigos. Si me buscan ahora es como valla publicitaria. Ahórrense el esfuerzo: en esta parcela no son bienvenidos”.

Durante la semana anterior de la publicación en mención, Juan Gabriel Uribe pedía una licencia de su cargo como director del diario El Nuevo Siglo para asumir la jefatura de debate de la campaña presidencial de Noemí Sanín.

Luego, caminando por las calles de Girardot (Cundinamarca) en un calor de 40 grados donde lo único que se busca es sombra y agua, un hombre de cabello blanco, gafas oscuras, totalmente fresco y con una sonrisa de oreja a oreja me saluda y presentándose me entrega un delgado periódico donde él aparece en portada, era Leo César Diago Casasbuenas, el ex concejal de Bogotá que se vio involucrado en un caso de plagio y lo cual lo llevó a ser llamado por sus opositores “el concejal vago”.

Al sentarme a escribir recordé mis épocas electorales en los medios tradicionales, era la contienda entre Andrés Pastrana y Horacio Serpa por la Presidencia de la República, la cual ganó el primero. Para ese tiempo mis servicios los prestaba al diario conservador La República. Periódico que el fin de semana de los comicios publicó en la primera página de su edición dominical que apoyaba abiertamente la candidatura de Andrés Pastrana.

Estamos entrando a la recta final de las campañas políticas en Colombia y la pregunta obliga es acerca del papel que jugarán los medios de comunicación en la arena política.

Es innegable que como seres humanos y como empresa tenemos una filosofía, una política, una posición, unos gustos e inclinaciones; es decir, estamos parados desde la subjetividad, con el simple hecho de ser hombres, mujeres o de un tercer sexo ya la forma de pensar y de actuar se da desde esa posición que nos brinda la naturaleza.

Podemos apostarle a una neutralidad pero difícilmente a una objetividad. Pero, esa es una discusión para dar en otro momento. Lo que si debemos exigir es una sinceridad por parte de los medios de comunicación que así como lo hizo en su momento La República, en el ejemplo que traigo a colación, lo hagan todos los medios, si su posición no va a ser neutral.

Asimismo, si, realmente, lo que profesan es una desvinculación a cualquier candidatura, entonces que la respeten y no se presente posiciones soterradas con información subliminal y sesgada, que claramente lo que buscan es orientar a la opinión pública hacía sus gustos o preferencias políticas.

Los periodistas debemos saber dónde estamos, así como lo hizo el director del Nuevo Siglo, quien denota un gesto de honorabilidad al dar un paso al lado del medio que dirigía para dedicarse de lleno a la política y si nuestro compromiso es con la información que mejor ejemplo que la posición de Alberto Salcedo al rechazar cualquier tipo amiguismo oportunista. O estamos con la información o estamos en campaña, hay que tomar una decisión.

Y por parte de nuestros nuevos amigos políticos ojalá creen sus propios medios de difusión atendiendo las reglamentaciones ambientales y aprovechando las nuevas tecnologías para reducir los costos y así no complicar con compromisos políticos a los canales informantes. Aunque realmente la publicidad política pagada no está amarrando tanto la calidad de información; más bien, puestos como vicepresidencias, ministerios y hasta canales de televisión si pueden ser determinantes en la posición informativa de un medio de comunicación.

Así es que para esta época de elecciones podemos empezar por pedirle a los medios una plena sinceridad política, para que podamos saber que estamos leyendo, navegando, escuchando y viendo realmente.

viernes, 15 de enero de 2010

Periodistas sin temor a demostrar los sentimientos

El 2010 trajo a la humanidad un nuevo desastre natural. Un terremoto destruyó Haití uno de los países más pobres del mundo (martes 12 de enero, siete grados Richter). En poco tiempo, según lo permitían las condiciones del país afectado, aviones y barcos con ayuda humanitaria iban arribando para prestar auxilio a la población afectada; de la misma forma, los medios de comunicación comenzaron a enviar a sus corresponsales para trasmitir en directo el desarrollo de la información.

Internet fue el primero en proporcionar noticias del desastre, las redes sociales Facebook y Twitter se convirtieron en el mejor medio para ver las imágenes que allí se presentaban y leer, oír o ver los relatos de quienes vivieron la tragedia. Es decir, pudimos ver un excelente desempeño de los informadores ciudadanos, la gran mayoría afectados por la misma noticia que narraban.

La televisión y la radio comenzaron a entrar a Haití, Asimismo, los corresponsales de los medios escritos de todo el mundo. La humanidad comenzó a acceder a la información por los medios tradicionales.

Es imposible ver esas imágenes sin que se arrugue el corazón y se produzca cierta rabia por la impotencia de no poder hacer; entre los más sensibles brotan lágrimas u otra manifestación de sentimientos. Sin lugar a dudas, aquellos que micrófono, cámara y grabadora en mano hacen su trabajo en medio de la muerte, el hambre, la desolación y desesperanza también sienten el dolor de las personas damnificadas.

El periodista también es un ser humano. Es más, Kapuscinsky siempre afirmó que para ser un buen periodista se necesita, primero que todo, ser una buena persona. Esos colegas que hoy viven la tragedia de Haití están haciendo un gran trabajo y con esa voluntad de informar están ayudando a una población que hoy se encuentra en desgracia.

Mostrar la realidad con respeto es nuestro trabajo. Cada vez que vemos o escuchamos al corresponsal con lágrimas en sus ojos o con la voz entrecortada no es motivo de reproche o de burla, por el contrario, que bueno contar con unos periodistas que sienten lo que están viviendo y no son maniquís insensibles que sólo repiten un libreto.

Ésta es nuestra forma de ayudar, eso es lo que tenemos para ofrecer desde nuestra profesión. Los medios, como empresa y grupo económico, pueden ayudar en otros campos. Pero, nosotros, los profesionales de la información, hacemos lo que sabemos hacer con mucho respeto, sensibilidad y apegados a la realidad; ordenando lo que allí sucede y documentando los hechos presentes que escriben la historia del mundo.

La voluntad del periodista debe ser la de informar y ayudar con la información que produce, no la de ser protagonista o sobresalir, el periodista no es una estrella. El profesional de la información hace su trabajo con amor, pasión y voluntad.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

La concesión del tercer canal es algo más que risible

Los medios de comunicación considerados como industrias culturales, ordenadores de la realidad, informadores de la verdad y generadores de democracia, hoy no son ni la sombra de lo que están llamados a ser. Sus funciones, lo cual no es reprochable, se limitan a una producción económica; pero, lo que sí es reprochable es que en esa carrera financiera olviden su propósito y la responsabilidad social que tienen y que respondan a intereses particulares.

Ahora, cuando se pensaba que existiría una nueva opción en la pantalla chica, resulta que sólo hay un proponente, es decir, más de lo mismo. Lo paradójico es que el sistema de adjudicación es la subasta y este tipo de evento debe contar con varios oferentes. Mejor dicho, Colombia hará una subasta con un proponente, realmente lo que hará es el ridículo.

El intervencionismo del gobierno en cabeza de la Ministra María del Rosario Guerra deja ver como la Comisión Nacional de Televisión (CNTV), un ente autónomo por mandato constitucional, se convirtió en una herramienta gubernamental; por lo tanto, hubiese sido más decoroso entregar directamente el canal sin tanta parafernalia.

No es posible que se siga jugando con algo tan serio como un medio de comunicación, no se puede pensar en favorecer a uno o a otro, se debe pensar en favorecer a la sociedad, a los televidentes a la pluralidad cultural y a la inclusión de los productores independientes y regionales que tienen mucho talento y muchas propuestas para ofrecer.

A pesar de las declaraciones, a los medios de comunicación, del presidente de la CNTV Juan Andrés Carreño donde afirma que toda ha sido muy estudiado y que no se ha improvisado en ningún punto, la realidad del proceso muestra algo muy distinto y lo primero que se ve es la incapacidad de la CNTV para adelantar este tipo de procesos y la cantidad de intereses que se están moviendo en torno al nuevo canal de la televisión colombiana.

Otro punto que opaca el proceso es la cercanía de las elecciones; definitivamente, para evitar suspicacias se hace necesario que la adjudicación se realice luego de las elecciones, todo en pro de la trasparencia y pensando en la misma trasparencia lo mejor sería reanudar el proceso y con varios oferentes. De verdad, así la ministra diga que no hay problema hacer una subasta con un solo proponente esto es ridículo, turbio, poco productivo, risible y hasta ilegal como lo define Eduardo Noriega.

Ahora, si ya no se va a tener en cuenta el 50 por ciento de la oferta económica, como era la propuesta de la subasta, entonces que el contenido, es decir el otro 50 por ciento que mediría la adjudicación, pese el 100 por ciento; pero, por favor, que traigan gente que realmente sepa de televisión, de educación y de entretenimiento, porque no es por descalificar a la ministra y a la CNTV, pero en la regulación frente a los contenidos de los canales privados se nota la incapacidad que tienen en el tema.

Por favor pensemos en las audiencias, en la inclusión, en la democratización de la televisión, en el fortalecimiento de contenidos y en la producción de buenos programas informativos, buenos programas de entretenimiento y que toda pieza televisiva este llamada a la formación. Esperemos a enero a ver cómo termina o sigue esta historia; eso sí, ojalá cuente con un buen y feliz final para las audiencias, al mejor estilo de las novelas que muchos soportan o siguen, como el burro a la zanahoria, a diario en nuestros canales privados.

viernes, 16 de octubre de 2009

Claudia López fue despedida de El Tiempo

Es bueno aclarar que la periodista y ex columnista del diario El Tiempo de Colombia, no renunció con su columna “Reflexiones sobre un escándalo” (octubre 13 de 2009). La polémica en torno a lo sucedido se ha dado en diferentes escenarios. Ética, libertad de prensa, conflictos de intereses, censura, persecución laboral, independencia periodística, monopolios mediáticos; muchos han sido los postulados, en general se ha convertido en el infierno de la profesión. Y apropósito del infierno de la profesión, navegando por la red encontré el siguiente comercial en YouTube, los invitó a que lo aprecien y ustedes clasifiquen.

viernes, 22 de mayo de 2009

‘Los viajes del viento’: elogio a la desilusión

Los viajes del viento, película de Ciro Guerra, fue seleccionado para participar en el renombrado Festival de Cannes y nos da un paseo, en burro y a pie, por la zona norte de Colombia, desde Majagual (Sucre) hasta Taroa (Guajira). Indiscutiblemente, es una nueva propuesta que muestra de forma explícita la multiculturalidad y hermosura de los paisajes de Colombia. Un film que deja ver más allá de la cara del narcotráfico, la violencia o la problemática social. Una cara poco conocida en Europa.

La agencia AFP publicó: “'Los viajes del viento', de Ciro Guerra, un apasionante recorrido por la música y la geografía del norte de Colombia, fue saludada el jueves con bravos y una intensa ovación de pie en el Festival de Cannes, que la presentó en la selección oficial Una Cierta Mirada”.

No hay que desconocer las bondades del film de Guerra; Pero… La película, desde la primera escena, hace un elogio a la desilusión. La muerte está presente de principio a fin y la música es el telón de la tragedia.

El ver un acordeón con cachos genera múltiples interpretaciones, su cartel es verdaderamente prometedor y aun más cuando es orientado por una frase que dice “El diablo perdió algo y volverá por él”.

A los colombianos nos enseñan a no esperar nada; pero esta película, por su elección para Cannes, prometía ser un producto fílmico excelente. A pesar de que la crítica es muy subjetiva, es evidente que el principio de la película, la riqueza visual que da el recorrido propuesto en la argumentación y las abundantes historias de esta región daban para más.

Ignacio Carrillo, un juglar tradicional, recorre la diversidad cultural de la Región Atlántica con Fermín, un joven que quiere ser aprendiz de juglar. Se muestran unos paisajes de postal; pero, se muestran desde la desilusión y la miseria y, lo que parecía ser el centro de la historia, los mistos y las leyendas desaparecen.

Ya sentados frente a la pantalla gigante, hay que enfrentar la realidad, esta historia quería ser el ‘Ingenioso Hidalgo’ de Majagual. Se intentó, eso es lo bueno, aunque perdió el rumbo. Las aventuras no fueron aventuras, Ignacio no fue hidalgo, aunque si un gran juglar, y la sabiduría popular del Sancho de Cervantes, Fermín no la tenía.

Ahora, al César lo que es del César y a la fotografía, el casting, la actuación natural, la música y los paisajes de nuestro país aplausos y admiración; qué lástima que toda esa riqueza no se explotara para contar una buena historia de principio a fin.

lunes, 4 de mayo de 2009

El periodismo de investigación

Luego de asistir al II Encuentro de Periodismo de Investigación, organizado por Consejo de Redacción, queda develada la ausencia de procesos investigativos en los medios de comunicación, no sólo de nuestro país, ésta es una constante que se presenta en toda América Latina, hablando solamente de nuestra región.

La investigación periodística es un proceso metódico que necesita de tiempo y disposición, donde son necesarios recursos financieros, físicos y tecnológicos. Además, es vital que el periodista ponga a disposición todo su talento y sagacidad profesional para desarrollar el proceso.

Escuchar a los grandes periodistas investigadores latinoamericanos: Daniel Santoro, Arturo Torres y Gustavo Gorriti permite hacer un diagnóstico de los marcos profesionales en los cuales se debe ejercer el periodismo investigativo.

Rigurosidad, exhaustividad, persistencia, voluntad, seguridad, excelente manejo de las fuentes y sacrificio, son siete características que salieron a flote en este encuentro, y que esta sea la oportunidad para resaltar la suprema calidad del evento.

Es obligatorio que al investigar el periodista sea RIGUROSO. Debe buscar las diferentes caras de la información, no se puede quedar en los artículos superficiales del día a día de los medios y debe ser muy cuidadoso con las infiltraciones de información y la intencionalidad que tienen las mismas.

La investigación siempre debe ser EXAHUSTIVA. No puede tratarse desde la levedad y quedarse con lo que se ve a simple vista, hay que pensar en todas las posibilidades, por más absurdas que parezcan, es preciso que se agoten todas las posibilidades que pueda generar la información.

El periodista debe ser PERSISTENTE, no puede abandonar la consecución de la información; debe, siempre, escudriñar hasta lo más profundo de los datos para encontrar lo que no se ha develado o para ratificar que no existe ningún tipo de información oculta.

La VOLUNTAD es imprescindible en el proceso investigativo, el periodista que prefiere un trabajo diario donde la noticia nace y muere el mismo día, es posible que no guste de trabajos de largo aliento, donde el proceso lleve varios meses e incluso años o; a lo mejor, puede ser posible, que aun luego de terminar la investigación aun se siga desarrollando el suceso.

Las investigaciones no se cierran al ser publicadas, se debe pensar en lo que va a pasar luego de ser ofrecida al público, hay que ser totalmente consientes y conocer muy bien las consecuencias legales que pueda tener la investigación realizada.

Los procesos de investigación periodística deben estar totalmente ASEGURADOS, es decir, deben contar con el sustento necesario para evitar cualquier tipo reacción jurídica o que la información pueda ser desvirtuada por falta de documentación o pruebas concretas que la soporten.

El periodista debe saber manejar a la perfección sus FUENTES, dudar y comprobar, reconocer las necesidades de la fuente, anticipar las intenciones de quien da la información y los intereses que tiene, debe tener en cuenta que no todas las fuentes son confiables, como lo afirmó Gorriti “como hay dobles agentes, hay dobles fuentes”, hay que generar relaciones de confianza con las fuentes; pero, siendo claros que el compromiso es con la información y no con la fuente.

Y por último, pero no menos importante, hay que tener conciencia de que el periodismo de investigación exige un alto grado de SACRIFICIO por parte de quien lo ejerce. Exige tiempo, inversión económica y, en muchas oportunidades, dependiendo la temática investigada, genera riesgo para la integridad física del periodista.

Las investigaciones periodísticas exigen que se terminen, no se pueden dejar cabos sueltos y no se pueden dejar a la deriva, no hay que darlas por finalizadas sin que se genere un cambio frente a lo que se denuncia.

Con el periodismo investigativo generalmente se está dando a conocer una irregularidad o denunciando un delito, además de informar, la investigación debe producir un impacto que produzca una solución.

El periodismo investigativo es un proceso sistemático que exige una metodología específica y un agudo olfato periodístico. Es un proceso que muchas veces desborda las páginas de los diarios y revistas, las pantallas de la televisión e internet y las ondas de la radio y se desborda para convertirse en un libro, no una novela o un relato de ficción, sino un libro que muestra una realidad y trasciende en el tiempo.

En el cierre del evento; María Teresa Ronderos, desde su experiencia en el ejercicio periodístico, abrió un camino para la profesión, “el futuro del periodismo, entre tanto informador ciudadano, es el periodismo de investigación. El llegar a esas fuentes oficiales y denunciar las irregularidades encontradas. A eso está llamado el periodismo, llegar a donde la gente del común no tiene acceso, lo cotidiano y lo que pasa en las calles ya los está informando el ciudadano”.

Javier Darío Restrepo condujo el conversatorio final del encuentro y concluyó terminantemente “el periodismo de investigación no es para mediocres”. Después del cierre del maestro Restrepo sólo queda reiterar que cualquiera puede trabajar en un medio de comunicación, por ley, pero no todo el mundo puede ser periodista.

martes, 14 de abril de 2009

Buscando el rumbo del periodismo

Para dónde va el periodismo, qué necesita la sociedad de los periodistas, cómo debe ser el periodista en la actualidad. Múltiples preguntas surgen en las aulas donde se forman los comunicadores de la sociedad de la información.

Las respuestas se ven opacadas en los ejemplos que los medios de comunicación dan a diario. Entiéndase que se hace una separación clara entre los medios de comunicación y los periodistas.

Pero cómo, ¿luego los periodistas no son los que trabajan y hacen los contenidos de los medios?, pues no, acordémonos que no es necesario ser periodista para trabajar en un medio de comunicación; pero, aclaremos que el hecho de trabajar en un medio no hace de una persona un periodista.

Por ahí va el problema, los periodistas no se forman para ser gerentes exitosos de medios y los gerentes de los medios no manejan la responsabilidad y razón de ser de los mismos y, como toda empresa con ánimo de lucro, se centran en que se generen contenidos que vendan y produzcan dividendos, sacrificando la calidad y razón de ser de éstos.

Está bien, está bien. Toda regla tiene su excepción, la cual corresponde a medios de carácter independiente que no hacen parte del manejo masivo y que, poco a poco, han venido pellizcando la torta publicitaria de las grandes industrias de la información que se vienen configurando, efectivamente, como industrias del entretenimiento desde la levedad.

La política, la economía y los grandes escándalos copan la agenda informativa y en la sombra del desconocimiento quedan aquellas historias cotidianas llenas de enseñanzas dignas de grandes crónicas y reportajes que, paso a paso, se convierten en libros y audiovisuales que parten desde la realidad sin mezclarse con la bella ficción de la literatura.

Son historias que se producen segundo a segundo y se quedan sin ser contadas, simplemente, porque no venden. Asimismo, temas como la ecología, la educación, la cultura son tratados superficialmente o simplemente desaparecen y vuelven a aparecer cuando las fuentes oficiales necesitan tender una cortina de humo.

La academia debe apostarle, nuevamente, a esas historias bien contadas, ricas en detalles y rebosantes de elementos constructores de sociedad, donde se evidencian los vicios y se resaltan los valores. Historias que hagan uso de las herramientas tecnológicas para enriquecer su esencia sin desvirtuar la realidad.

Los periodistas estamos obligados a vivir o revivir las historias, debemos hablar con los protagonistas y todo aquel que nos pueda proveer detalles; tenemos que ver, escuchar, sentir, gustar y oler el entorno y contexto donde se desenvuelve la información. Igualmente, se hace necesaria una completa documentación que nos permita corroborar o desvirtuar la información que se recibe. El periodista debe contar un conocimiento global profundo que lo tipifique como intelectual y manejar una especialidad desde donde construya, más allá de la información, un conocimiento.

lunes, 2 de febrero de 2009

Hay formas de hacer un buen periodismo

Los medios masivos de comunicación cambiaron sus dinámicas en la producción y realización de sus contenidos. La era digital impuso nuevos retos, facilitó las comunicaciones y generó nuevos inconvenientes.

Uno de los mayores problemas es la sostenibilidad económica, es imprescindible estar en la red; pero, esto al mismo tiempo, genera que el consumo del medio tradicional disminuya y a su vez se vea afectada la pauta comercial, lo cual es el núcleo de ingresos de los medios.

Las actividades de producción exigen que el talento humano se encuentre a la vanguardia en el tema de las tecnologías, el manejo y el alcance que estas tienen. El reto es velar por el buen uso de las mismas y procurar porque no remplacen al hombre en su función creadora e intelectual.

El entretenimiento prima en los contenidos, los comunicadores deben afrontar una dinámica que permita construir contenidos con los objetivos claros de formar e informar, pero dejando que prime el entretenimiento para los usuarios.

Los periodistas tienen más herramientas para corroborar la información que le suministran sus fuentes. El problema radica en que estas herramientas están haciendo caer al profesional de la información en el facilismo.

Ese mismo facilismo se ve forzado por las exigencias de las empresas productoras de información. Cuando el periodista elabora contenidos para portales web, impresos, medios televisivos y emisiones radiales, al mismo tiempo, se deterioran los procesos investigativos y de estructuración.

Es así como aquel paradigma de los periodistas de prensa, de radio y de televisión que se especializaban en cada medio se trasforma para afrontar una convergencia mediática y laboral. Hoy, se debe enfrentar la realización de contenidos para todos los medios de una misma empresa de comunicaciones.

Pero, no debemos confundir la forma con el fondo. El ejercicio del periodismo debe desarrollarse bajo los exhaustivos parámetros de la investigación, indagación de fuentes, corroboración de información, excelente redacción y una producción apropiada para cada herramienta y, claro está, la presensialidad.

¿Y la objetividad?, bueno ese es un tema un poco más amplio que se debe entrar a mirar con lupa, puesto que las posiciones son encontradas y carentes de consenso. No obstante, hay que ser rigurosos en mostrar las diferentes caras de la información y no tomar partido o darles un valor personal a los hechos.

La crisis del periodismo, que da vida al nuevo periodismo, es la oportunidad para buscar la revitalización de la profesión, la cual puede ser difundida gracias a las tecnologías de la información.

Blogs y páginas personales, de profesionales de la información, hacen de la oferta tecnológica la oportunidad propicia para publicar aquellas cosas que no tienen cabida en las páginas de los diarios, en las emisiones de radio y televisión o en la configuración de los portales nacientes de los medios tradicionales. Y no podemos dejar a un lado la producción editorial independiente. Hay formas de hacer un buen periodismo.