jueves, 17 de febrero de 2011

¿En dónde se paraba Juan Mosca?

Por lo regular las moscas eligen los sitios menos higiénicos para pararse, los menos agradables, los más incómodos, donde hay tanto desorden que difícilmente se puede encontrar algo claro, algo útil o donde se encuentra ya todo en estado de descomposición.

Juan Mosca, es decir Fernando Garavito Pardo o El señor de las moscas se paraba en la política, o mejor, en la politiquería de Colombia, en las nubes de la corrupción, en los excesos de injusticia que el poder ejecuta constantemente, en la violencia que corre por las venas de un PAÍS QUE DUELE, dolor que Garavito plasmó en su publicación del año 1996.

El doctor Rafael Diaz Arias, de la Universidad Complutense de Madrid, afirma: “Desde hace dos siglos, el periodismo ha formalizado los acontecimientos en  noticias. Los medios masivos, primero la prensa, y luego los audiovisuales, radio y sobre todo televisión, trasmutaron la noticia en  acontecimiento mediático”. Garavito no tenía pelos en la lengua para afirmar que la institución más corrupta del país era la presidencia de la república o que el peor presidente del país ha sido Álvaro Uribe y, sin lugar a dudas, su arraigo por la verdad en los diferentes temas que trataba en sus columnas lo llevaron al peor castigo que puede sufrir un nacional junto con el secuestro, el exilio.

El periodismo colombiano cuenta con varias moscas que se hacen escuchar, que escudriñan en las entrañas de los hechos para purificar la verdad; pero, de igual manera, se ven perseguidas por exterminadores, por hombres que periódico en mano quieren aplastarlas contra la pared o que se dedican a chuzarlas… es decir, las clavan con alfileres como coleccionistas de insectos.

Estamos acostumbrados a vivir los acontecimientos en la arena nacional; sin embargo, hoy por hoy, como lo plantea el doctor Diaz Arias: “en el ciberespacio los acontecimientos encuentran una nueva dimensión y se convierten en ciberacontecimientos”. Ya los periodistas no deciden que es noticia y al cumplirse una serie de factores entramos en una nueva esfera de la realidad que corresponde a los ciberacontecimientos, que según su impacto pueden saltar rápidamente al espacio mediático.

Las redes sociales y el que personajes públicos manejen páginas oficiales y cuentas autenticadas de 140 caracteres hacen que el periodista retome lo que allí sucede y bajo el rigor profesional lo ofrezca nuevamente desde los medios dominantes. No se puede pensar en  aislar los dos escenarios pero, hoy en día, las tecnologías de la información nos obliga a contar con mecanismos óptimos de obtención, manejo, trasmisión y distribución de la información.

Características a las cuales también están avocados los programas académicos de formación en periodismo, en los cuáles se deben ver reflejadas competencias claras en dichos aspectos y, asimismo, teniendo en cuenta la responsabilidad que tiene el periodista en formación de hacer un proceso autodidacta que le permita construir un contexto generoso desde el cual pueda cumplir con sus actividades investigativas, informativas y de denuncia. Es imperante que recordemos permanentemente estos maestros del periodismo que en cada uno de sus escritos, sus conversatorios, entrevistas y lecciones de salón han dejado plasmado un capítulo de la escuela de los profesionales de la información en Colombia. El miedo, la mediocridad, el facilismo y la levedad no nos pueden convertir en cómplices de esos señores de las sombras que abundan por ahí.


(Charla dada en la Conmemoración del Día del Periodista 9 de febrero del año 2011, organizada por el CPB, La Universidad Central y AFACOM - Hotel Sheraton, Bogotá)

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